http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0034-98872010001100002&script=sci_arttext
Tratamiento integral de la obesidad infantil:
Efecto de una intervención psicológica
El modelo de desarrollo económico vigente, ha cambiado drásticamente nuestros estilos de vida, entre estos, el patrón de alimentación y de actividad física, con el consecuente aumento de la obesidad y de sus co-morbilidades
La obesidad infantil se cuadruplicó entre los años 1985 y 2000. La ingesta aumentada de alimentos hipercalóricos, la jornada escolar completa, el marketing televisivo y la inactividad física, estarían contribuyendo a la mantención del sobrepeso.
Se reconoce a la obesidad infantil como una enfermedad crónica, porque se perpetúa en el tiempo y se asocia a un síndrome metabólico (SM) con un mayor riesgo de Diabetes 2 y cardiopatías coronarias. Estudios nacionales señalan que 30% de los niños que consultan por obesidad tienen SM.
El tratamiento temprano de la obesidad sería la mejor estrategia para su prevención, sin embargo, constituye un difícil desafío que requiere de cambios a nivel individual, familiar, educacional y social.
Los resultados de las intervenciones no son alentadores, aunque coinciden en que el tratamiento integral, con énfasis en el cambio en los hábitos de alimentación y de actividad física tendría los mejores resultados. En este contexto, el abordaje de la dimensión psicológica constituye una tarea principal.
Los resultados de las intervenciones no son alentadores, aunque coinciden en que el tratamiento integral, con énfasis en el cambio en los hábitos de alimentación y de actividad física tendría los mejores resultados. En este contexto, el abordaje de la dimensión psicológica constituye una tarea principal.
Los estudios que abordan la relación entre variables de orden psicológico y obesidad, establecen fundamentalmente una relación de causalidad entre determinadas características psicológicas y la obesidad, señalando ciertas generalidades respecto del manejo de variables de orden psicológico, sin dar cuenta de una relación de impacto entre intervención y cambio. Entre estos estudios podemos distinguir tres grupos:
1) aquellos que relacionan la conducta de sobreingesta con variables psicológicas asociadas a la personalidad;
2) aquellos que la relacionan con determinados mecanismos de control (procesos regulatorios)
3) aquellos que dicen relación con variables de contexto relacional (estilos de vida)
Entre estos últimos, los más recientes describen patrones de funcionamiento familiar caracterizados por dificultades de control, manejo emocional y promoción de la autonomía entre sus miembros.
Sobre la base de estos antecedentes, establecimos una intervención que abordara la dimensión psicológica. El objetivo de este estudio fue comparar la respuesta a un tratamiento clínico de la obesidad de niños que participaron de un protocolo con apoyo psicológico versus la de niños que no participaron de dicho protocolo.
Material y Método
Estudio descriptivo y analítico que corresponde a un análisis posterior de una muestra de niños entre 3 y 16 años que consultaron voluntariamente al Programa Clínico de Obesidad Infantil del INTA entre los años 2000 y 2001. Por ese motivo, no se solicitó consentimiento a los participantes y no fue sometido al comité de ética del INTA. Este programa contempla un protocolo médico, nutricional, de actividad física y psicológico teniendo como objetivos:
1) modificar conductas de ingesta y actividad física, promoviendo hábitos saludables en el paciente y su familia;
2) mejorar la condición física;
3) disminuir los factores de riesgo cardiovascular asociados y
4) apoyar psicológicamente al niño y su familia, fortaleciendo procesos autoregulatorios en los niños y mejorando estrategias de control familiar.
El tiempo total del programa es de 12 meses y contempla control con médico y nutricionista (8 consultas) con preparador físico (3 consultas) y con psicólogo (1 consulta y 12 sesiones grupales). En cada niño se evalúa al ingreso y trimestralmente el IMC, midiendo el peso y la talla con una balanza electrónica de precisión (SECA) con cartabón incluido, el porcentaje de grasa corporal total (% GCT) por sumatoria de 4 pliegues cutáneos, el perímetro de la cintura (PC) con huincha de fijación automática (SECA), la presión arterial diastólica (PAD) y sistólica (PAS) según metodología
estandarizada por el “Second task Force”, la calidad de los hábitos de ingesta (HI) y actividad física (HAF) por encuesta ad hoc validada por los autores ,que los pondera con un puntaje entre 0 y 10 puntos, señalando en sentido creciente una mejor calidad 8,22. En todos los niños se evalúa al ingreso y en ayunas la glicemia por método enzimático colorimétrico GOD-PAP (Química Clínica Aplicada S.A.), la insulinemia (RIA Diagnostic Products Corporation), el perfil de colesterol (metodología analítica seca Vitros, Johnson & Johnson, Clinical diagnostics Inc) y la sensibilidad insulínica a través del HOMA-IR.
El protocolo de intervención psicosocial establece dos unidades de intervención: niño y familia. Tiene como objetivos generales:
a) abordar con los niños aspectos psicológicos involucrados en el sobrepeso y
b) integrar la participación del niño y su familia en el programa, a través de un trabajo complementario con sus padres.
Los objetivos específicos en los niños son:
a) identificar y distinguir sensaciones, necesidades, emociones e ideas.
b) modular expresión conductual y emocional.
c) entrenar habilidades sociales; d) fortalecer el desarrollo del auto-concepto y autoestima, y e) fortalecer los procesos de autonomía e individuación. En los padres: a) fortalecer su rol parental y identificar “facilitadores” y “obstaculizadores” de los procesos de autonomía e individuación.
1) aquellos que relacionan la conducta de sobreingesta con variables psicológicas asociadas a la personalidad;
2) aquellos que la relacionan con determinados mecanismos de control (procesos regulatorios)
3) aquellos que dicen relación con variables de contexto relacional (estilos de vida)
Entre estos últimos, los más recientes describen patrones de funcionamiento familiar caracterizados por dificultades de control, manejo emocional y promoción de la autonomía entre sus miembros.
Sobre la base de estos antecedentes, establecimos una intervención que abordara la dimensión psicológica. El objetivo de este estudio fue comparar la respuesta a un tratamiento clínico de la obesidad de niños que participaron de un protocolo con apoyo psicológico versus la de niños que no participaron de dicho protocolo.
Material y Método
Estudio descriptivo y analítico que corresponde a un análisis posterior de una muestra de niños entre 3 y 16 años que consultaron voluntariamente al Programa Clínico de Obesidad Infantil del INTA entre los años 2000 y 2001. Por ese motivo, no se solicitó consentimiento a los participantes y no fue sometido al comité de ética del INTA. Este programa contempla un protocolo médico, nutricional, de actividad física y psicológico teniendo como objetivos:
1) modificar conductas de ingesta y actividad física, promoviendo hábitos saludables en el paciente y su familia;
2) mejorar la condición física;
3) disminuir los factores de riesgo cardiovascular asociados y
4) apoyar psicológicamente al niño y su familia, fortaleciendo procesos autoregulatorios en los niños y mejorando estrategias de control familiar.
El tiempo total del programa es de 12 meses y contempla control con médico y nutricionista (8 consultas) con preparador físico (3 consultas) y con psicólogo (1 consulta y 12 sesiones grupales). En cada niño se evalúa al ingreso y trimestralmente el IMC, midiendo el peso y la talla con una balanza electrónica de precisión (SECA) con cartabón incluido, el porcentaje de grasa corporal total (% GCT) por sumatoria de 4 pliegues cutáneos, el perímetro de la cintura (PC) con huincha de fijación automática (SECA), la presión arterial diastólica (PAD) y sistólica (PAS) según metodología
estandarizada por el “Second task Force”, la calidad de los hábitos de ingesta (HI) y actividad física (HAF) por encuesta ad hoc validada por los autores ,que los pondera con un puntaje entre 0 y 10 puntos, señalando en sentido creciente una mejor calidad 8,22. En todos los niños se evalúa al ingreso y en ayunas la glicemia por método enzimático colorimétrico GOD-PAP (Química Clínica Aplicada S.A.), la insulinemia (RIA Diagnostic Products Corporation), el perfil de colesterol (metodología analítica seca Vitros, Johnson & Johnson, Clinical diagnostics Inc) y la sensibilidad insulínica a través del HOMA-IR.
El protocolo de intervención psicosocial establece dos unidades de intervención: niño y familia. Tiene como objetivos generales:
a) abordar con los niños aspectos psicológicos involucrados en el sobrepeso y
b) integrar la participación del niño y su familia en el programa, a través de un trabajo complementario con sus padres.
Los objetivos específicos en los niños son:
a) identificar y distinguir sensaciones, necesidades, emociones e ideas.
b) modular expresión conductual y emocional.
c) entrenar habilidades sociales; d) fortalecer el desarrollo del auto-concepto y autoestima, y e) fortalecer los procesos de autonomía e individuación. En los padres: a) fortalecer su rol parental y identificar “facilitadores” y “obstaculizadores” de los procesos de autonomía e individuación.
La intervención consta de 12 sesiones (9 con los niños y 3 con sus padres) y se realiza conformando grupos cerrados, mixtos, de acuerdo a edad, con un máximo de 12 participantes.
Para mayor información haga click aqui http://www.scielo.cl/pdf/rmc/v138n10/art%2002.pdf
Para mayor información haga click aqui http://www.scielo.cl/pdf/rmc/v138n10/art%2002.pdf
1 comentario:
Creo que la psicología sería una buena terapia para remediar la obesidad en muchos niños que comen por ansiedad o por suplir algunas falencias familiares...
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